Ellas también hicieron la revolución

Hoy, 25 de mayo, se conmemora en Argentina el surgimiento del primer gobierno patrio. Es un día tanto de emoción y sentimiento patriótico, como de invisibilización de mujeres que participaron de aquel día, porque el patriarcado se aseguró de su ausencia.

Desde de chiquita en ningún acto acerca de la Revolución de Mayo, y miren que eran muchos y empezaban desde los primeros días del mes, nunca, pero jamás, se mencionó a una sola mujer, y si se lo hacía, siempre eran la esposa de…, la hija de…, la amante de…. A los que si se mencionaban eran a Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli y tantos otros, pero nunca a las mujeres que, aparte de luchar contra al enemigo, tuvieron que enfrentarse a los estereotipos de género, pues al parecer el 25 de mayo solo fue cosa de hombres.

No nos hablan de la valentía que tuvo María Remedios del Valle, al irse al norte del país a luchar por la independencia, ayudando a enfermos y heridos, o también agarrando el sable para enfrentar al enemigo. Pasa sin importancia que “La Capitana”, como la llamaban, llegó al cargo de Sargento Mayor, ni de que a pesar de haber perdido su familia en la guerra ella siguió peleando por la patria.

No nos hablan de los caracteres fuertes, autoritarios, decididos y francos de Casilda Igarzabal y Ana Riglos. Ni de como ellas, acompañada de otras mujeres, se presentaron en el despacho de Cornelio Saavedra para que definiera de una vez su postura con respecto a la revolución.

No nos hablan de las tertulias revolucionarias de Melchora Sarratea. No nos hablan de ese lugar que ella brindó para esparcir el espíritu revolucionario. Tampoco nos mencionan sus donaciones al ejército, ni de su participación en la lucha intelectual de aquella época.

No nos hablan de la ardua labor de “la tucumana”, Manuela Pedraza. No nos hablan de como cuando un inglés, durante las invasiones inglesas, mató a su marido ella toma su fusil y le da muerte. Nos ocultan que por ello se le otorga el grado de subteniente de infantería. Nos la escondieron tanto que hoy muy pocos saben de su existencia.

No nos hablan de la importancia que realmente tuvo Mariquita Sánchez de Thompson en la historia nacional argentina. Nos ocultan que ella no solo fue la que prestó la casa para cantar por primera vez el himno nacional, ella fue quien realmente controlaba las relaciones de la alta sociedad; mujer que ni Juan Manuel de Rosas, sabiéndola opositora a su gobierno, se animó a hostigarla.

En la historia argentina existe este gran vacío donde solían estar las mujeres, que estoy segura se repite en todos y cada uno de los países. Es indignante como ya desde chiquitos nos inculcan esta idea de que las mujeres no hicieron nada grande por la patria, que las únicas que existían repartían empanadas y pastelitos en las plazas. No, nunca nos hablan de ellas, pues la historia las consideró intimidantes, y decidió ocultarlas.

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