top of page

Prostitución: ¿Trabajo o tortura?

  • Foto del escritor: Mujeres Históricas
    Mujeres Históricas
  • 2 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Como todos los 2 de junio, hoy se “conmemora” el Día internacional de la trabajadora sexual, y no quería dejar pasar a lo que están sometidas las mujeres que forman parte de este entorno.

La prostitución es una institución patriarcal, en donde el hombre piensa que tiene el dominio para realizar cualquier tipo de práctica sexual opresiva, que vinculan diversas formas de esclavitud como la trata de personas, la explotación sexual, la violencia sexual, y hasta el abuso de jóvenes menores de edad.

La razón por la cual las mujeres son sometidas a este “trabajo” son principalmente tres: desigualdad, vulnerabilidad y pobreza. Se exponen como productos comerciales, para otorgarle placer al hombre que las alquila y que realizan lo que deseen con ellas.

Hay demasiados testimonios en los que extrabajadoras sexuales definen sus experiencias como tortuosas, y cuentan que más del 60% de la ganancia va para el proxeneta y que ellas dormían junto a las otras mujeres en una habitación chica y en malas condiciones. Muchas, han hecho referencia a que asociaban la penetración como un método de tortura, lo cual les provocó que tuvieran que enfrentarse a problemas físicos y psicológicos.

Otra mujer que sufrió los abusos de la prostitución, y que hoy en día se focaliza en la abolición de esta, es Alika Kinan quien se animó a contar todo lo que le realizaban y logró poner en la cárcel a varios de sus proxenetas en Tierra del Fuego.

En una entrevista publicada en Infobae el 4 de agosto de 2019, Alika contó cómo había ingresado en ese mundo estaba en un estado de suma vulnerabilidad, ya que vivía en Córdoba en una casa que no tenía agua corriente y muchas veces faltaba la comida. En ese contexto, y ante una supuesta oportunidad laboral, viajó, sin hacer preguntas, a Tierra del Fuego donde la llevaron directamente a una red de prostitución, volviéndose una máquina de producir dinero con su cuerpo. Ella recuerda que “en el prostíbulo te tenías que sentar siempre recta, con las piernas cruzadas, no podías estar cómoda. Tenías que estar bien vestida, con zapatos de taco alto, bien maquillada, bien perfumada, ellos te exigían que olieras bien. Eras un producto para ser presentado y para el consumo de otro”.

Cuando Alika fue liberada, luego de muchos años confesó que al principio de su recuperación no soportaba las caricias de sus hijos o su pareja por el rechazo que la prostitución le había dejado del contacto físico.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el trabajo sexual está relacionado a la existencia de los puteros que pagan por tener relaciones sexuales con mujeres que no desean acostarse con ellos. Ellos ven la mujer como un objeto fácil de comprar y juzgar. La despersonifican para ponerla como objeto y mercancía.

La prostitución no es una elección digna de trabajo, es una elección para poder vivir a base de satisfacer las necesidades de otros, sin importar cuánto una tenga que sufrir. Nadie se ofrece para convertirse en esclava, y si alguien tiene la necesidad de hacerlo, hay que visualizar el trasfondo económico de esa mujer y brindarle recursos para que pueda vivir sin tener que ser esclava sexual. Mientras exista un modelo socioeconómico que facilite la demanda, la trata, la explotación y esclavitud de las mujeres, este problema va a ir en aumento.

Hay que reflexionar sobre la prostitución en todo ámbito social, ofrecer asistencia médica y psicológica a las mujeres que han pasado por esa traumática experiencia para asistirlas brindándoles un nuevo hogar y todas las herramientas necesarias para poder conseguir un trabajo digno y rehacer sus vidas.


Agustina Musa




Comments


Formulario de suscripción

©2020 por Mujeres Históricas. Creada con Wix.com

bottom of page